10.11.12

Selección Castellano


la alegría más grande del mundo:
despertarme con vos por las mañanas
por las noches con vos dormirme

(Castellano, Santiago, Soltería, Bs As, ediciones Zindo & Gafuri, 2012)

2.9.12

Selección Gandolfo


Versos sobre fragmentos de Heráclito


"Los hombres ignoran que lo divergente está de acuerdo consigo mismo. Es una armonía de tensiones opuestas, como la del arco y la lira".


La flecha de amor
que mata de belleza
da vida a la expresión
que surge de la lira.


"Si no se espera, no se encontrará lo inesperado; puesto que lo inesperado es difícil y arduo".


Cuando la espera es borrada
de la memoria por excesiva
se hunde en el inconsciente
surgiendo de la profundidad
lo inesperado.


"¡Cómo puede ponerse uno a salvo de aquello que jamás desaparece!"


Aquello que jamás desaparece
es superior a Apolo
tocando la lira que expresa
lo que jamás desaparece.


"No se puede sumergir dos veces en el mismo río".


Como extremó Cratilo
no se puede entrar ni una vez
en el mismo río.
Sí volver
al mismo punto de origen
descubierto por los iniciados.


"El alma seca es la más sabia y mejor".


Al alma seca le agrada
como a San Francisco
beber el agua en la fuente.


"La naturaleza aprecia el ocultarse".


Como un don de amor
la naturaleza y la mujer conciben
ocultamente la flor.


"Aproximación". 


A perpetuidad y a fondo
nada nos pertenece.
Nuestras aproximaciones nos dejan
viendo hacia atrás lo hecho
y hacia adelante lo que falta hacer.



(Francisco Gandolfo; Plenitud del mito, Rosario, el lagrimal trifurca, 1982)

Selección González

Glosas a Heráclito

1

Nadie se baña dos veces en el mismo río.
Excepto los muy pobres.

2

Los más dialécticos, los multimillionarios:
nunca se bañan dos veces en el mismo
traje de baño.

3
(Traducción al chino)

Nadie se mete dos veces en el mismo lío.
(Excepto los marxistas-leninistas).

4
(Interpretación del pesimista)

Nada es lo mismo, nada
permanece.
                 Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:

se hacen las dos con sangre, se repiten.

(Angel González; Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan, 1976, en: 101 + 19 =120 poemas, Madrid, Visor, 2001)

30.7.12

Selección Cófreces

I

Dios de cerca arden los ojos
que ven cuanto sucede al lado
no lejos
Una historia retorcida cubre el desierto
Una geografía masticada viste la mesa
con tajada de desechos
Vacío de calma o paciencia
desde las páginas
de la salvación
las plagas lucen más
que maná llovido del cielo

                                                     a P.G.

II

Quedarán hombres que algo esperen
o salmos que algo salven?

Sin reverencia debida
apagan antorchas
el cirio y el humo
aplanan la tierra
cosechan espinas
al ras del piso

III

Será ésta nuestra buena suerte
de quedarnos con las muletas preparadas
como paralíticos esperando a Jesús?

Mirad los lirios del campo
Mirad ahora
los huéspedes de la tierra removida

A qué cenizas pertenecen sus huesos?

                                                        a A. Schmidt

IV

Lobos que son feroces pasan
¿habrá rapiña?
¿y mansos corderos habrá más?
Por la noche los desprotegidos
sin mantos-mantillas-piedad
teñido todo-todo temido

Quieta virgen niña
produce milagros
en una región italiana
se licua su sangre
y el pueblo se arrodilla o cree o revienta

Escupe memoria dije
de pie los infelices nada bendicen
de furia dicen:
¿hay carne a salvo?
Hijos nuestros a doce mil kilómetros
se mandan mensajes

                                                     a jonio


Buenos Aires / 1978

Queda la pena hecha raíz entre prójimos
sabido es que crónicas y relatos
suceden siempre a los meses de peste y epidemias
Quedan los ojos como perlas de brillo en desconfianza
y ante probables rebrotes
protegemos a los hijos bajo sospecha en la ciudad
Saben entonces --entre otras cosas--
que se murmuran signos y no remotos
que de poca fe se nutren las nuevas escrituras
Sin embargo muchos de ellos no oyeron
cruzar los vientos que partieron
al medio las noches y no hace tanto
--apenas lo intuyen por nosotros--
que ponemos manos en frentes a controlar fiebres
Manos en frentes y en ojos
para frenar de vista otras manos
que dejaron de suyo lo peor
en el veneno que intoxica la verdad.

                                                       a María Constanza

(Javier Cófreces; Pasaje Renacimiento, Bs.As., Libros de Tierra Firme, 1989)

14.7.12

Selección Aguirre, Raúl Gustavo

Conmigo duerme aquello que sembré, de veras, en una tierra que yo amaba.

(Raúl Gustavo Aguirre , "Varillas de mi jardín", 1968)

24.6.12

Poética, técnica, lector


Es inútil intentar aislar la función de cualquier figura sin una comprensión previa del poema como totalidad. Así como partimos de una noción de poema ideal, también consideramos una comprensión específica del poema, es decir, suponemos un lector para el cual el poema se encuentra en un horizonte significativo, ya sea por una tradición histórica, una herencia de lenguaje, etc. Afortunadamente, sólo podemos leer una cantidad limitada de poemas, del mismo modo que el extranjero no puede reconocer las señales de nuestro alfabeto ordinario sino después de un trabajo de aprendizaje. Un lector ideal es un delirio fantástico que no quisiéramos concebir; su realidad sería una desgracia torpe.

(Santiago Pintabona / Luciano Lutereau, Repetición, variación y divergencia, Bs.As., Pánico el Pánico, 2009)

22.6.12

Selección Artola


las miradas

Cuatro o cinco miradas por semana
cosecho si el sol se pone bueno
y el aire endulza el matiz de la rutina
con su alfanje de tibios remolinos.
No me espera otra medalla
ni un sostén de agitaciones más vibrantes.
Cuatro o cinco miradas por semana
que suben por mi barba y me acarician,
besándome en los ojos tiernamente.

*

hermana noche

Hermana noche,
la de menudo paso,
estoy sudando el vino
sobre tu cuerpo
enorme y oscuro,
penetrado de voces abismales,
acosado por los perros
de la espera.
Recógeme en tu negro manto
antes que amanezca
y vuelvan
los brillos del metal.
Apresúrate,
hermana noche,
que tiran de mi piel
y a tumba llaman.

*

lo que fuimos, lo que somos

                      Y un golpe, no de mar, sino de guerra,
                      que destierra los ángeles mejores
                                                            Blas de Otero

Aquéllos que alguna vez tuvimos la ilusión
de haber sido felices,
los que fuimos a misa los domingos,
los que nos manifestamos en la Plaza,
aquéllos que amábamos a una sola mujer
y nos parecía bien,
éstos que somos,
éstos que cuando nos preguntan la edad
decimos treinta y cinco
como si fueran veinte
o cincuenta,
ahora escuchamos Chopin
por la mañana
y escribimos poemas
cuando Ella se deja.

Mataron a compañeros muy queridos,
sabemos que la vida enloquece noche a noche
entre insurrecciones y agonías
y nos enamoramos sin pudores
aunque sea en silencio.

Somos los desterrados del caos,
el pato de la boda
que no se dejó comer,
la resaca de los viejos sueños,
nuestra única propiedad privada
sobre la que fundamos los nuevos,
más lúcidos,
más personales,
para no morir
sin haber visto
nada.

*

plegaria

No me abandones
pasión unilateral
flama del olivo
carne y sangre
de mi carne
noticia de luz
en mi cobija de sombra.
Te espero
en este banco de niebla
con una bujía en la mano
para que me reconozcas.
Y si no llegas
por lo menos suéñame
o déjame soñarte
que es casi lo mismo.

(Raúl Artola, Antes que nada, poemas (1976-1986), Viedma, Fondo Editorial Rionegrino/Eudeba, 1986)

20.6.12

Selección Lo Coco

oración matinal

arriba el sol su busto
el general el general
me conoce y vela por mí

reverencia

gracias por este día

que no me chupan
los colchones

*


la señora: "mujeres hay en todos lados"

gorda y majestuosa
la vez que
salía del Boston
la llave en la mano
ahí, ¿era entonces
mi mamá?

no olvides la misión, varón

yo                   limusín
por todos los muditos

que no te vea mañana yo
te conozco: hay trabajo
y esa chica
nunca te convino

*


para consolar a Verónica Castro

estoy tan así
me va a dar mate
alergia
y chocolate

erizo como la gata
papá:
¿a vos te pasó lo mismo?

venite un día
y tomamos un café
en la semana

*


orgullosa secretaria

¿ahora soy general?
¿el partido ees un plomazo?
no más mochín
salame queso y golazo

sí firmo
como está la situación

me dan vaca pasto y alambre

*

player 2: ready!

macramé, mi lady
encerramos al burro
al pato no todavía
en el sótano

cuando tengas miedo
rezá con coraje
esta oración a mi padre:

                                   san martín de montecatini
saltando alambres de púa
alcanza el tren
sí llega
tiene dos hijos

*


primer rayito de sol

el pato, otra vez
viene y me llena el cuarto
de arena

no hay que tenerle miedo, me acuerdo
en un descuido podría robarme
la bondiola del armario

mi burro se descascara
me dice
                 amarillo es el color de los putos

*

visita

laotsé en el cuarto:
musa en la misión
parsec, caripela
vendé camionetas

yo            tranqui
mascota de pasto

*

remise despedida

indique su destino

afuera
en andas
pechito con pechito sin rumbo
ni destinación
hay otra casa
off.

(Mauro Lo Coco, niño cacharro, Bs. As, Zindo & Gafuri, 2010)

15.6.12

Selección Andersen

I - La historia del espejo del diablo y sus añicos

     CIERTO DÍA, UN DUENDE muy malo, el peor de todos, puesto que era el diablo, estaba muy contento porque había preparado un espejo que tenía la propiedad de que todo lo bueno, bonito y noble que en él se reflejaba desaparecía, y todo lo malo, feo e innoble aumentaba y se distinguía mejor que antes.
     ¡Era una diablura malvada!
     Los paisajes más hermosos, al reflejarse en el espejo, parecían espinacas hervidas y las personas más buenas tomaban el aspecto de monstruos o se veían cabeza abajo; las caras se retorcían de tal forma que no era posible reconocerlas, y si alguna tenía una peca, ésta crecía hasta cubrirle la boca, la nariz y la frente. "¡Esto es lo más divertido de todo!", decía el diablo.
     Había algo peor todavía. Si uno tenía buenos pensamientos, aparecía en el espejo con una sonrisa diabólica, y el peor de todos los duendes se reía, satisfecho de su astuta invención. Los alumnos de su escuela --pues tenía una, en la que él era el profesor-- decían que el espejo era milagroso, porque en él se podía ver --afirmaban-- cómo eran en realidad el mundo y los hombres. Lo llevaron a todos los países y no quedó ningún hombre que no se hubiese mirado en él y que no se hubiese visto completamente desfigurado. Pero los diablos no estaban satisfechos. Quisieron llevarlo al cielo para burlarse de los ángeles; pero cuanto más subían, más muecas hacía el espejo y más se movía, y casi no lo podían sostener. Subieron y subieron con su carga, acercándose a Dios y a los ángeles. El espejo seguía moviéndose; se agitaba con tanta fuerza que se les escapó de las manos y cayó a la tierra y se rompió en más de cien millones de pedazos.
     Pero entonces la cosa fue peor todavía, porque había partículas que eran del tamaño de un granito de arena y se esparcieron por todo el mundo, y, si caían en el ojo de alguien, se incrustaban en él y los hombres lo veían todo deformado y sólo distinguían lo malo, porque el más pequeño pedazo conservaba el poder de todo el espejo.
Lo terrible era cuando una partícula se incrustaba en el corazón de una persona, porque se convertía en un pedazo de hielo. Algunos hicieron cristales de lentes con los trozos que se encontraron, pero fue espantoso. El que se ponía los lentes veía todas las cosas transformadas en cosas tristes y desagradables y ya no podía ser feliz.
     El diablo se desternillaba de risa viendo lo que habían hecho sus discípulos. Se reía tan a gusto que su gordo vientre se agitaba, y no se cansaba de felicitar a sus alumnos.


(La reina de las nieves (En siete cuentos), Hans Christian Andersen, Cuentos, Ed. Noguera, 19...)

11.6.12

Selección Muñoz

Serenata

Mis veintinueve años están sufriéndose
yo diría que nervio por nervio,
tengo aún el recuerdo de mis
profesores diciendo:  No es que no sea inteligente...
Mi maestro de violín viniendo por Artigas
como un gran Eisenjauer::  --La si la re la
                                         no la si la sol fa...
Y otra vez una maestra a lo largo de los años
quitándome los dátiles,
quitándome el vasito de plástico plegable,
hiriendo mi manual estrada tan falto de colores,
tan falto es cierto de que yo entendiera una sola letra
de esas atroces batallas, del rostro inexpresivo de don
Cornelio Saavedra, que tanto, tanto me ha costado calcar,
de Miguel y María, sujetos a la campana del recreo, como
sujetos a una soga de dios.

Mis veintinueve años encontrados a la vuelta
de la alegría, indoloros al ministerio como viene
indolora la poesía en los pizarrones negros.
Mezclándose en mi cabeza Baudelaire y la pampa húmeda,
la universidad y el "tablao del lacio",
recurriendo a la guitarra como si uno recurriera
no sé a qué, a lo fatal,
a la mendicidad,
a la desprotección.

Seguros indudablemente que el cero
es una reprobación de nuestro infinito
y el diez la exaltación de los valores del hombre,
y el que tuviere siete, ahí anda,
y el que cinco, mediocre,
el que falta... no se entera.

Cómo hacer entonces cuando se ve a los
hijos de los amigos o a los hijos simplemente,
que lo único que tienen por delante es la creatividad,
que si es masilla, es el don,
que si es un lápiz, es el don,
que si cantan o bailan o preguntan
o hacen que son otra cosa
es el don,
y paralelamente a ello un guardapolvo
les hace blanco el don, los pupitriza heroicamente
hasta que con el tiempo se hacen lo que vaya a saber
quién quiso que sean...
Raro milagro desobedecer,
muy raro milagro


*

Folklore

Cuanta más escuela
más secuela, mayor gravedad,
más distancia, se guarda el polvo.

Cuanta más educación
más educa acción, menos saber,
mayor velo,
menor vuelo.

Cuanta más medicina
mayor contrabando ontológico,
menos salud.

Las penas son de nosotros,
las vaquitas son
ajenas.

*

Siempre es mejor no morir
y cada uno no muere
como puede.


(Alberto Muñoz, Terra Balestra (1976-1982), Bs. As., Un Tigre en el Establo Editor, 1985)

10.6.12

Selección Gonzélez

Me basta así

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca).
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreir,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
--de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso--;
                                               entonces,

si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Angel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando --luego-- callas...
(Escucho tu silencio.
                               Oigo
constelaciones: existes.
                                  Creo en ti.
                                                  Eres.
                                                          Me basta).

*

Mientras tú existas

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz --cualquiera...
                                       Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora,
amada
mía,
transido de distancia,
bajo este amor que crece y no se muere,
bajo este amor que sigue y nunca acaba.

*

Carta

Amor mío:
                      el tiempo turbulento pasó por mi corazón
igual que, durante una tormenta, un río pasa bajo un puente:
rumoroso, incesante, lleva lejos
hojas y peces muertos,
fragmentos desteñidos del paisaje,
agonizantes restos de la vida.

Ahora,
todo ya aguas abajo
--luz distinta y silencio--,
quedan sólo los ecos de aquel fragor distante,
un aroma impreciso a cortezas podridas,
y tu imagen entera, inconmovible,
tercamente aferrada
--como la rama grande
que el viento desgajó de un viejo tronco--
a la borrosa orilla de mi vida.

*

Todo amor es efímero

Ninguna era tan bella como tú
durante aquel fugaz momento en que te amaba:
                                                                       mi vida
entera.


(Ángel González; A todo amor. Antología personal, Madrid, Visor Libros, 1997)

30.5.12

Selección Aguirre



Mi cielo, 


me gusta escucharte
acurrucando el oído al cuerpo.


                               No existe manera de detener el sonido
                                                      y contenerlo, si paralizo
                                                    el movimiento del sonido
                                                                   no tengo nada:


y decís mi cielo, no el cielo, ningún apodo
ni tampoco mi nombre, sino


                                                                    sólo el silencio.*


mi cielo acurrucándote al cuerpo.


***


Diluvio

Que los propios rasgos se diluyan,
perder el nombre, el claro, el uno mismo, el otro.

En uno mismo. Es uno mismo.

Virar de fondo,
rodeado de oscuridad, borrar la foto.

Hacer figuras en el espejo, formas.

Olvidarse en la niebla.
Perderse de vista. Por amor. Abandonarse.


***


El hombre llamado Nicodemo


1

Con mi frente entre ladrillos, hago molde
fijada a un cuerpo que no cesa
rezo a Dios.

Alzo las manos, él que está parado frente a mí
calla, remuevo la estaca otra vez
en ese vilo enrojecido.
latencia donde contengo la prisa:

todo queda varado, justo ahí.


2


¿Cómo renacerá el hombre ya viejo?,
la pregunta funde un eco al caer.

Necesitan nacer de nuevo desde arriba, se dijo,
como también Hago nuevas todas las cosas.

¿Todas? ¿incluso éstas?


3

La inquietud de sus cuerpos pesan más, cada vez.
Tus Palabras acomodan el derrumbe,
golpe desde donde dolo esta escucha.

Entre palabras, la neblina esconde.
El aire se despega, todo cae
como un tufo en mal estado.
Mientras retuerzo una plegaria,

la llave gira cruel y ellos entran.


***

                                                                                       * W.Ong: Oralidad y escritura.

(Alejandra Aguirre; Ventana lateral, Bs.As., Huesos de Jibia, 2010)




26.5.12

Selección Umar Ibn Abi Rabi'a

A una muchacha de formados senos
invité a tenderse, sin cojín, sobre la arena del desierto.
"Así lo haré, aunque no sea mi costumbre", dijo ella.
Y cuando iba a despuntar la aurora me dijo:
"Me has deshonrado. Ahora vete si quieres, o sigue,
si así lo prefieres".
Pero no hice salvo besarla en la boca.
Me llené de toda ella.
Me envolví en su vestido de seda
y a mis ojos dije: llorad ahora.
Entonces se levantó
para borrar con su manto las huellas
y buscar las perlas del collar desparramadas.

(Réplicas (m. hacia 720 d.C.), Umar Ibn Abi Rabi'a, Poesía árabe clásica, Madrid, Mondadori, 1998)

17.5.12

Selección Saer


Cada uno crea
        de las astillas que recibe
           la lengua a su manera
con las reglas de su pasión
--y de eso, ni Emanuel Kant estaba excento.


(El arte de narrar, Juan José Saer, El arte de narrar, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 1986)

15.5.12

Selección Mansfield


(...) Pero, quizá para las personas sanas todo esto no es más que una insensatez. Nunca han viajado por este camino. ¿Cómo pueden ver en qué lugar estoy? Razón de más para seguir adelante sola y sin miedo. La vida no es sencilla. A pesar de todo lo que decimos del misterio de la Vida, cuando nos acercamos a él, le tratamos como si fuera un cuento de niños...
      Bueno, Katherine, ¿qué entiendes por salud? ¿Y para qué la quieres?
      Contestación: por salud entiendo la capacidad de vivir una vida completa, adulta, viva, activa, en estrecho contacto con lo que quiero, la tierra y sus maravillas: el mar, el sol. Todo lo que entendemos cuando decimos el mundo exterior. Quiero penetrar en él, ser parte de él, vivir en él, aprender de él, perder todo lo que es superficial y adquirido en mí, volverme un ser humano conciente y sincero. Al comprenderme a mí misma, quiero comprender a los demás. Quiero realizar todo lo que soy capaz de ser para poder ser (y aquí me he parado, he esperado inútilmente, una sola expresión dice lo que hay que decir) una hija del sol. Si uno habla del deseo de ayudar a los demás, de llevar una luz y otras aspiraciones semejantes, parece que uno mienta. Que baste esto. Ser una hija del sol.
      Y luego quisiera trabajar. ¿En qué? Quisiera vivir de manera que me fuera posible trabajar con mis manos, mi corazón y mi cerebro. Quisiera tener un jardín, una casita, hierba, animales, libros cuadores, música. Y de todo esto sacar lo que quiero escribir, expresar todas estas cosas. (Aunque tomara como personajes a cocheros de fiacre. Esto no importa).
      Pero la vida, la vida cálida, anhelante, viva, tener raíces en la vida, aprender, desear, saber, sentir, pensar, actuar. Nada que sea menos que esto es lo que quiero. A esto es a lo que tengo que tratar de llegar.

(10 de octubre, 1922, Katherine Mansfield, Diario, Barcelona, Ediciones del Cotal, 1978)

14.5.12

Selección Catulo


Vivamos, querida Lesbia, y amémonos,
y las habladurías de los viejos puritanos
nos importen todas un bledo.
Los soles pueden salir y ponerse:
nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera vida,
tendremos que dormir una noche sin fin.
¡Dame mil besos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien!
Luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta para ignorarla
y para que ningún malvado pueda dañarnos,
cuando se entere del total de nuestros besos.

***

Me preguntas, Lesbia, cuántos besos
tuyos me bastarían y sobrarían.
Cuantos infinitos granos de arena Libia
hay en Cirene, rica en laserpicio,
entre el abrasador templo de Júpiter
y la sagrada tumba del legendario Bato,
o cuantas estrellas en la noche callada
contemplan los furtivos amores de los hombres,
tantos besos tuyos bastarían
y sobrarían al loco de Catulo:
así los curiosos no podrán contarlos
ni una malévola lengua hechizarlos.


(Catulo, Poesías, Madrid, Alianza Editorial, 2000)

13.5.12

Selección Lawrence


Las cosas que los hombres han hecho con manos iluminadas,  infundiendo vida apacible en ellas,
continuarán vivas a través de los años, irradiando cálidamente por largo tiempo.
Por esta razón algunas cosas antiguas son bellas,
frescas, aun en el olvido de los hombres que las hicieron.


(Las cosas hechas por el hombre, D. H. Lawrence, Phoenix poemas, Bs.As., Ediciones del mediodía, 1969)


12.5.12

Selección Paz

Oídos con el alma,
pasos mentales más que sombras,
sombras del pensamiento más que pasos,
por el camino de ecos
que la memoria inventa y borra:
sin caminar caminan
sobre este ahora, puente
tendido entre una letra y otra.
Como llovizna sobre brasas
dentro de mí los pasos pasan
hacia lugares que se vuelven aire.
Nombre: en una pausa
desaparecen, entre dos palabras.
El sol camina sobre los escombros
de lo que digo, el sol arrasa los parajes
confusamente apenas
amaneciendo en esa página,
el sol abre mi frente,
                               balcón al voladero
dentro de mí.
(...)

  
                 Casa grande,
encallada en un tiempo
azolvado. La plaza, los árboles enormes
donde anidaba el sol, la iglesia enana
--su torre les llegaba a las rodillas
pero su doble lengua de metal
a los difuntos despertaba.
Bajo la arcada, en garbas militares,
las cañas, lanzas verdes, carabinas de azúcar;
en el portal, el tendejón magenta:
frescor de agua en penumbra,
ancestrales petates, luz trenzada,
y sobre el zinc del mostrador,
diminutos planetas desprendidos
del árbol meridiano,
los tejocotes y las mandarinas,
amarillos montones de dulzura.
Giran los años en la plaza,
rueda de Santa Catalina,
y no se mueven.


             Mis palabras,
al hablar de la casa, se agrïetan.
Cuartos y cuartos, habitados
sólo por fantasmas,
sólo por el rencor de los mayores
habitados. Familias,
criaderos de alacranes:
como a los perros dan con la pitanza
vidrio molido, nos alimentan con sus odios
y la ambición dudosa de ser alguien.
También me dieron pan, me dieron tiempo,
claros en los recodos de los días,
remansos para estar solo conmigo.
Niño entre adultos taciturnos
y sus terribles niñerías,
niño por los pasillos de altas puertas,
habitaciones con retratos,
crepusculares cofradías de los ausentes,
niño sobreviviente
de los espejos sin memoria
y su pueblo de viento::
el tiempo y sus encarnaciones
resuelto en simulacros de reflejos.
En mi casa los muertos eran más que los vivos.
Mi madre, niña de mil años,
madre del mundo, huérfana de mí,
abnegada, feroz, obtusa, providente,
jilguera, perra, hormiga, jabalina,
carta de amor con faltas de lenguaje,
mi madre: pan que yo cortaba
con su propio cuchillo cada día.
Los fresnos me enseñaron,
bajo la lluvia, la paciencia,
a cantar cara al viento vehemente.
Virgen somnílocua, mi tía
me enseñó a ver con los ojos cerrados,
ver hacia dentro y a través del muro.
Mi abuelo a sonreír en la caída
y a repetir en los desastres: al hecho, pecho.
(Esto que digo es tierra
sobre tu nombre derramada: blanda te sea.)
Del vómito a la sed,
atado al potro del alcohol,
mi padre iba y venía entre las llamas.
Por los durmientes y los rieles
de una estación de moscas y de polvo
una tarde juntamos sus pedazos.
Yo nunca pude hablar con él.
Lo encuentro ahora en sueños,
esa borrosa patria de los muertos.
Hablamos siempre de otras cosas.
Mientras la casa se desmoronaba
yo crecía. Fui (soy) yerba, maleza
entre escombros anónimos.
(...)


(Octavio Paz; Pasado en claro, México, Fondo de Cultura Económica, 1978)

5.5.12

Selección Pizarnik

El sol como un gran animal demasiado amarillo. Es una suerte que nadie me ayude. Nada más peligroso, cuando se necesita ayuda, que recibir ayuda.

*

Me rememoro al sol de la infancia, infusa de muerte, de vida hermosa.

*

Pero a mi noche no la mata ningún sol.

*

La errancia, la canción de nosotros dos, tiembla como en una metáfora el alma comparada con una candela.

*

Y nada será tuyo salvo un ir hacia donde no hay dónde.

*

He aquí que se estremece el espacio como un gran loco.

*

Alguien demora en el jardín el paso del tiempo.

*

Me alimento de música y de agua negra. Soy tu niña calcinada por un sueño implacable.

*

Máscaras de la noche en qué lugar perdido que nadie más que yo conoce.

*

¿Tendré tiempo para hacerme una máscara cuando emerja de la sombra?

*

Invitada a ir nada más que hasta el fondo.

*

Me pruebo en el lenguaje en quecompruebo el peso de mis muertos.

*

El mar esconde sus muertos. Porque lo de abajo tiene que quedar abajo.

*

Para mejor ser el que fue, ha querellado con su nueva sombra, ha luchado contra lo opaco.


(La mesa verde, Alejandra Pizarnik, Obras completas. Poesía & Prosa, Bs.As., Corregidor, 1998. Edición preparada por Cristina Piña)






1.5.12

Selección Colombo

vidrio picado
con ojos
de gran generación
se hacen así
de chiquititos
monumentos que fueron
en el país los
muelen hasta pelusa
cae a qué
tozudos llegan
exánimes de recorrer
el tronco
nuestro
particular desvanecerse en
tajadas tajeadas
por accesos intestinales
de la hélice
lenta y machacadora
marcha de los sucesos
a todo color

(Cuestión nacional, María del Carmen Colombo, Blues del amasijo y otros poemas (3ª ed.), Bs.As., Alicia Gallegos Editora, 1998)

29.4.12

Selección Thénon

olé olé
olé olá
yo soy nieto
de mi papá

olé olé
olé olá
voy al psicólogo
a investigar

por qué por qué
pour quoi pour quoi
la vie en rose
no es pour moi

tal vez tal vez
quizá quizá
esto hay que verlo enprofundidad

molta lettura
molta poesia
molta cultura
molta pazzia

Nevsky Stogorny
Drugoi Igrushky
Gogol Andreiev
Chejov Tiburshky

y cuando supe
mis perspectivas
ya me encontraba
en la intensiva

hombre de ciencia
hombre de mundo
oh gran maestro
oh viejo inmundo

todo supiste
todo pudiste
más ahora viste
que esto no es chiste

olé olé
olé olá
nadie con         testa en
el más
a






(Murgatorio, Susana Thénon, Ova completa, Bs.As., Sudamericana, 1987)

28.4.12

Selección Sor Juana

Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiraniía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.

(Que contiene una fantasía contenta con amor decente, Sor Juana Inés de la Cruz, Poesía lírica, Barcelona, Edicomunicación, 1994)

26.4.12

Selección T. S. Eliot

Señora, cuyo altar se alza en el promontorio
ruega por todos esos que navegan, por todos
los que comercian en pescado, y todos
los que intervienen en negocios lícitos
y los que conducen.

Repite una plegaria también a favor de
las mujeres que vieron partir a sus esposos
o a sus hijos, sin verlos regresar,
figlia del tuo figlio
reina del Paraíso.

Ruega también por esos que viajaban en barco
y acabaron su viaje en la arena, en los labios
del mar o en la sombría garganta que los guarda,
o donde no les llega el ángelus perpetuo
de la esquila del mar.

***

Lady, whose shrine stands on the promontory,
Pray for all those who are in ships, those
Whose business has to do with fish, and
Those concerned with every lawful traffic
And those who conduct them.

Repeat a prayer also on behalf of
Women who have seen their sons or husbands
Setting forth, and not returning:
Figlia del tuo figlio.
Queen of Heaven.

Also proy for those who were in ships, and
Ended their voyage on the sand, in the sea's lips
Or in the dark throat which will not reject them
Or wherever cannot reach them the sound of the sea bell's
Perpetual angelus.

(The dry salvages IV, T.S. Eliot, Cuatro cuartetos, Bs.As. Ediciones del 80, 1981. Traducción de J.R. Wilcock)

24.4.12

Selección Lamborghini

Por la mañana,
al levantarnos,
el pie de plomo,
firme, despierto.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

No comportarse
como en familia,
ser cuidadoso
con las palabras:
temer que digan
algo demás.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

Al mediodía,
cumpliendo horario,
en el almuerzo
comer lo que haya.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

Terminar rápido,
sin comentarios
de sobremesa,
rápido irse.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

Irse al café
hasta la cena;
volver, cenar
si algo ha quedado
del mediodía,
ceder la tele
y, hasta el borde,
ceder la cama.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

(La sabiduría, Leónidas Lamborghini, Encontrados en la basura, Bs.As., Paradiso ediciones, 2006)

22.4.12

Selección Quevedo

Si quien ha de pintaros ha de veros,
y no es posible sin cegar miraros,
¿quién será poderoso a retrataros,
sin ofender su vista y ofenderos?

En nieve y rosas quise floreceros;
mas fuera honrar las rosas y agraviaros;
dos luceros por ojos quise daros;
mas ¿cuándo lo soñaron los luceros?

Conocí el imposible en el bosquejo;
mas vuestro espejo a vuestra lumbre propia
aseguró el acierto en su reflejo.

Podráos él retratar sin luz impropia,
siendo vos de vos propia, en el espejo,
original, pintor, pincel y copia.

(Dificultad el retratar una grande hermosura, que se lo había mandado, y enseña el modo que sólo alcanza para que fuese posible, de Parnaso, Francisco de Quevedo y Villegas, Poesía amorosa, Barcelona, Plaza y Janés, 1998)

21.4.12

Selección Girri

1
Hay una proposición
sumamente conocida:
"La verdadera
elocuencia se burla de la elocuencia",
y hay textos que a partir de esa proposición
se burlan de la elocuencia, la satirizan
como actividad escrupulosa y en vano,
hilarante y hasta obscena.

2
Según Buda,
caminar por las aguas
pisar carbones encendidos,
y ciertos otros prodigios,
no debieran sorprendernos, de nada sirven,
pues la aptitud para realizarlos
es como la elocuencia,
suelen compartirla
piadosos y mistificadores,
mientras que la verdadera elocuencia
supera prodigios, brota cuando practicamos
los cuatro modos de superación,
el amor, la compasión,
el participar de la alegría ajena,
la impasibilidad ante lo impuro y malo.

3
Todas las formas
están condenadas a perecer,
pero las formas a las que atiende
todo ojo suprasensible, clarividente,
seguirán,
son la victoria
de la elocuencia de la lucidez, la lucidez
como elocuencia verdadera.

4
Somos ambivalentes,
lo es la realidad,
y jamás podríamos, entonces,
apresar la verdadera elocuencia, evitar
que al reconocerla se transforme
de verdadera elocuencia en su opuesto,
en mera elocuencia.

(Variaciones retóricas, Alberto Girri, Casa de la mente, Bs.As., Ed. Sudamericana, 1968)

15.4.12

Selección cummings

ahora todos los dedos de este árbol(querida)tienen
manos,y todas las manos tienen gente;y
más cada particular persona está(mi amor)
viva de lo que podrían entender todos los mundos

y ahora tú eres y yo soy ahora y nosotros somos
un misterio que nunca sucederá otra vez,
un milagro que nunca sucedió antes--
y brillando éste nuestro ahora debe alcanzar a luego

nuestro luego será alguna oscuridad durante la cual
los dedos estén sin manos;y yo no te
tenga y todos los árboles sean(cualquiera más que cada uno
sin hojas)en silenciosa en porsiempreada nieve

--pero nunca temas(mi propia,mi hermosa
mi floreciente)porque luego también es ahora

(de XAIPE, e.e.cummings, Poemas, Bs.As., Tres Haches, 1995. Prólogo y traducción de Jorge Santiago Perednik)

14.4.12

Selección Lamborghini

(I)

"¿Se apagó esa gran luz? ¿Volvíame ciego?;
fue tan honda la angustia desatada,
que muy adentro mío oí mi nada
sin consuelo gemir: era mi ruego".

"(Hablo desde ti mismo y no lo niego,
el misterio de hablarte me anonada,
porque es mi voz de Génesis trucada,
de aquel tiempo a este tiempo, sin sosiego)".

"Asomándome, luego, luces en lo alto
vi cambiar; no, esa luz no era la misma,
pero alcanzó a calmar mi sobresalto".

Desde aquel primer mono fue la duda
y el terror de un final que nos abisma::
¿mas no será cual luz que en otra muda?

(II)

¿Se apagó esa gran luz? ¿Volvíame ciego?; 
fue tan feoz la angustia desatada,
que hondo desde la cueva aullé mi nada:
como un loco gemía, era mi ruego.

(Hablo desde tu adentro y no lo niego,
el misterio de oirme me anonada,
porque es mi voz de Génesis trucada,
de aquel tiempo a este tiempo, sin sosiego).

Asomándome, empequeñecidas,
vi en lo alto luces, no la misma,
mas sospeché una argucia repetida.

Desde el principio, entonces, fue la duda,
el angaño, el terror que nos abisma
y que a mi grito el tuyo propio anuda.

(¿Se apagó esa gran luz?, Leónidas Lamborghini, El genio de nuestra raza: las reescrituras de Leónidas Lamborghini, Buenos Aires, Ediciones Stanton, 2011. Prólogo y edición de Gerardo Jorge)

Nota del editor:
"¿Se apagó esa gran luz?" (I y II)
Reescrituras del soneto "Night and Death" ("Noche y muerte") del poeta anglohispano José María Blanco White (1775-1841). Fueron realizadas en el año 1995, publicadas en la revista Diario de Poesía nº 57 (otoño de 1998), y nunca recogidas en libro hasta ahora. La primera de estas versiones, Lamborghini la realizó sin conocer el texto "fuente" de Blanco White, luego de un llamado telefónico hecho por un integrante de la redacción de Diario de Poesía, convocándolo a participar de un dossier sobre traducción, y "contándole" el argumento del poema por teléfono. Lamborghini realizó entonces dos versiones: la primera, improvisando a partir del argumento narrado; y la segunda, cotejando con la materia verbal del original en inglés y de una decena de otras traducciones al español del poema.

13.4.12

Selección Cardenal

En mis últimos días en el mundo
cuando yo ya iba a ser un monje trapense
conocí en un balneario una linda muchacha
que iba a ser monja.
                    Era además prima mía.
Recuerdo aquellas piernas.
                    Sus curvas como la curva de la costa.
Su piel era morena como la arena de la playa.
Desnuda, excepto lo que cubría el traje de baño.
         Iba a desposarse con Dios.
              las bodas con Dios!
Y yo pensé en el buen gusto de Dios.

Madre Ana aún es monja
pero en plena revolución nicaragüense
es monja reaccionaria.

(Recordando de pronto; Ernesto Cardenal, Vuelos de victoria, Madrid, Visor Libros, 1984)

12.4.12

Selección Tsvietáieva

Vuelan, escritos como el rayo,
cálidos de suavidad y afligidos.
Entre dos amores crucificados
van mi instante, mi hora, mi día, mi año, mi siglo.

Oigo en el mundo tempestades,
brillan las lanzas de las amazonas...
y yo --¡la pluma al galope!-- la sangre
de mi corazón bebieron dos rosas.

(Móscu, enero de1916; Marina Tsvietáieva, Antología poética, Madrid, Ed. Hiperión, 1996. Traducción de Lola Díaz. Versión de Severo Sarduy).

11.4.12

Selección Marcial

XLVII

Las cosas que hacen la vida más feliz,
gratísimo Marcial, son éstas:
una fortuna no producida por el trabajo, sino heredada;
un campo no ingrato, un fuego perenne;
nunca un pleito, rara vez la toga, el espíritu sereno;
fuerzas de hombre libre, un cuerpo sano;
una sencillez prudente, amigos de la misma condición;
convites fáciles, una mesa sin artificio;
una noche no ebria, pero libre de preocupaciones;
un lecho no triste y sin embargo púdico;
un sueño que haga fugaces las tinieblas;
querer ser lo que eres y no preferir nada más,
no temer el último día ni desearlo.

(Libro X, Marco Valerio Marcial; Epigramas, Barcelona, De Bolsillo, 2001).

10.4.12

Selección Fernández Moreno

MANIFIESTOS
1. los poemas deben ser cortos
las novelas largas
los ensayos que se entiendan
las películas de acción contemporánea
y todas los óperas son atroces

2. a mí me gustan las novelas de Novalis
los poemas de Poe
los cuentos de Comte
los cánticos de Kant
y la filosofía de Adorno

6. el cine es el término medio entre el sueño y la vigilia
la música es el término medio entre el ruido y el silencio
la poesía el término medio entre el lenguaje y el silencio
el silencio el término medio entre la vida y la muerte
la muerte es el término medio entre la muerte y la muerte

ARTE POÉTICA ACTUALIZADA
la función de las artes en el siglo XX
es no joder

(César Fernández Moreno, Ambages Completos, Bs.As., Ed. de la Flor, 1992). 

8.4.12

Selección Kavafis

El emperador Manuel Komneno
una melancólica mañana de septiembre
sintió próximo su fin. Los astrólogos
(esos asalariados) de la corte insistieron
en que aún le quedaban muchos años de vida.
Sin embargo, mientras ellos hablan, él recuerda
una antigua y piadosa costumbre,
y ordena que de las celdas monacales
traigan hábitos religiosos,
y los viste, alegrándole mostrarse
con el aspecto humilde de un sacerdote o un monje.

Dichosos los que creen,
y acaban como el emperador Manuel sus días,
modestamente revestidos de acuerdo con su fe.

(Manuel Komneno, Konstantinos Kavafis, 56 Poemas, Madrid, Mondadori, 1998)

7.4.12

Selección Beckett

tan pronto fuera de la ermita tras
la tormenta se hizo la tranquilidad

*

enfrente
lo terrible
hasta hacerlo
risible

**

sitôt sorti de l'ermitage
ce fut le calme apres l'orage

*

en face
le pire
jusqu'à ce
qu'il fasse rire

(Samuel Beckett; de Letanías (1976-1978), en: Obra poética completa, Madrid, Ed. Hiperión, 2000)

Selección Pintabona

Ahora las cosas están como antes
los zapatos en el campo
lo importante es olvidarse para caminar como manda Dios

la tierra en las imágenes crepita
frente al hogar que no arde
y la virgen vive conmigo en este rancho miserable.

(Ahora, Santiago Pintabona; de Silencio no es estar solos, Bs.As, Imprenta Argentina de Poesía, 2007)

6.4.12

Selección Quasimodo

¿Y cómo podíamos cantar
con el pie extranjero sobre el corazón,
entre los muertos abandonados en las plazas
sobre la hierba dura de hielo,
ante el lamento de cordero de los niños
y el alarido negro de la madre
que marchaba al encuentro de su hijo
crucificado en el poste del telégrafo?
De las frondas de los sauces, por voto,
también colgaban nuestras liras,
al triste viento oscilaban leves.


E come potevamo noi cantare
con il piede straniero sopra il cuore,
fra i morti abbandonati nelle piazze
sull'erba dura di ghiaccio, al lamento
d'agnello dei fanciulli, all'urlo nero
della madre che andava incontro al figlio
crocifisso sul palo del telegrafo?
Alle fronde dei salici, per voto,
anche le nostre cetre erano appese,
oscillavano lievi al triste vento.

("De las frondas de los sauces" / "Alle fronde dei salici", Salvatore Quasimodo, Día tras día (1947), en: Todos los poemas, Bs.As. Ed. Librerías Fausto, 1976. Versión y notas de Leopoldo Di Leo)

5.4.12

Selección Dylan Thomas

Demasiado altivo para morir, murió ciego y vencido
del modo más sombrio, sin mirar hacia atrás,
un hombre amable y frío en su mezquino orgullo

el día más sombrío. Oh que siempre yazga
luminoso por fin en la colina final llena de cruces,
bajo la hierba, enamorado y que joven se vuelva

entre los largos rebaños, y nunca yazga perdido o quieto
en todos los innumerables días de su muerte
aunque por sobre todo él suspiraba por el pecho materno

que era descanso y polvo y en la tierra benévola
la más oscura justicia de la muerte ciega y profana.
Dejad que no encuentre otro descanso que ser hallado y protegido

yo rezaba en el cuarto agazapado, junto a su cama ciega,
en la casa ya muda, un minuto antes del mediodía
y de la noche y de la luz. Los ríos de los muertos

veteaban su pobre mano que sostenía yo mientras veía
las raíces del mar a través de sus ojos sin vida.
(Un viejo atormentado, tres cuartas partes ciego.

No soy tan altivo para gritar que Él y él
nunca nunca se irán de mi mente.
Todos sus huesos lloraban y pobre en todo salvo en el dolor,

aunque fuera inocente, él temía morir
odiando a Dios, pero en verdad era simple:
un viejo manso y valeroso en su quemante orgullo.

Suyos eran los postes de la casa, poseía sus libros.
Nunca había llorado, ni siquiera de niño
y no lloraba ahora, salvo ante su secreta herida.

Yo vi la última luz, que resbalaba de sus ojos.
Aquí entre las luces del altivo cielo
un viejo está conmigo dondequiera que voy

camina en las praderas del ojo de su hijo
sobre el que males infinitos cayeron como nieve.
Él grito ante su muerte, temiendo al fin el último sonido

de las esferas, el mundo que se iba sin un suspiro
demasiado altivo para llorar, demasiado débil para aguantar las lágrimas,
y preso entre dos noches: la ceguera y la muerte.

Oh, la herida más profunda de todas, era que debía morir
en día tan sombrío. Oh, pudo al fin esconder
las lágrimas fuera de sus ojos, demasiado altivo para llorar.

Hasta que muera yo, él estará a mi lado).


(Elegía - Dylan Thomas; Poemas completos, Bs. As, Corregidor, 1990. Traducción de Elizabeth Azcona Cranwell)

4.4.12

Selección Viel Témperley

Estoy sobre la arena, medio metro
sobre el nivel del mar.
En la pista de aterrizaje
de los ángeles.

Cada escuadrilla que baja,
empuja un aire tibio
que corre por mi espalda

(Héctor Viel Témperley: Estoy sobre la arena, medio metro; de Humanae vitae mia (1969), en Obra Completa, Bs.As., Ediciones del Dock, 2006)