15.5.12

Selección Mansfield


(...) Pero, quizá para las personas sanas todo esto no es más que una insensatez. Nunca han viajado por este camino. ¿Cómo pueden ver en qué lugar estoy? Razón de más para seguir adelante sola y sin miedo. La vida no es sencilla. A pesar de todo lo que decimos del misterio de la Vida, cuando nos acercamos a él, le tratamos como si fuera un cuento de niños...
      Bueno, Katherine, ¿qué entiendes por salud? ¿Y para qué la quieres?
      Contestación: por salud entiendo la capacidad de vivir una vida completa, adulta, viva, activa, en estrecho contacto con lo que quiero, la tierra y sus maravillas: el mar, el sol. Todo lo que entendemos cuando decimos el mundo exterior. Quiero penetrar en él, ser parte de él, vivir en él, aprender de él, perder todo lo que es superficial y adquirido en mí, volverme un ser humano conciente y sincero. Al comprenderme a mí misma, quiero comprender a los demás. Quiero realizar todo lo que soy capaz de ser para poder ser (y aquí me he parado, he esperado inútilmente, una sola expresión dice lo que hay que decir) una hija del sol. Si uno habla del deseo de ayudar a los demás, de llevar una luz y otras aspiraciones semejantes, parece que uno mienta. Que baste esto. Ser una hija del sol.
      Y luego quisiera trabajar. ¿En qué? Quisiera vivir de manera que me fuera posible trabajar con mis manos, mi corazón y mi cerebro. Quisiera tener un jardín, una casita, hierba, animales, libros cuadores, música. Y de todo esto sacar lo que quiero escribir, expresar todas estas cosas. (Aunque tomara como personajes a cocheros de fiacre. Esto no importa).
      Pero la vida, la vida cálida, anhelante, viva, tener raíces en la vida, aprender, desear, saber, sentir, pensar, actuar. Nada que sea menos que esto es lo que quiero. A esto es a lo que tengo que tratar de llegar.

(10 de octubre, 1922, Katherine Mansfield, Diario, Barcelona, Ediciones del Cotal, 1978)

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